¿Te has dado cuenta de que con la persona con la que menos palabra tienes es contigo?
Es triste, ¿no crees?
Dices que mañana empiezas a hacer deporte.
Pero no.
Dices que vas a dejar de fumar.
Pero no.
Dices que sí o sí vas a empezar a dedicar 2 horas al día a tu proyecto personal para depender menos de tu jefe.
Pero no.
¿Tienes más palabra con el resto que contigo?
Seguro.
‘‘Cómo no voy a hacerlo si le dije a XXX que sí…’’
‘‘No me queda otra, XXX está esperando a que lo haga…’’
Pero claro, aquí si que hay alguien que te puede decir algo.
En cambio, tú a ti mismo sabes que no te dirás nada.
Da igual si no es este lunes cuando empiezo.
Da igual si es un poco más tarde.
Da igual.
A mi me pasaba eso, hasta que llegó el día en el que me di cuenta de que no podía fallarme.
Y de que es importante tener palabra, pero más importante es tenerla con uno mismo.
Ya no me fallo.
¿Qué pensará mi hija el día de mañana si le digo que soy como el resto?
Que digo que haré cosas y no las hago.
¿Qué pensará cuando sepa que no lo hice por pereza?
¿Qué ejemplo estaré dando?
Cada día es una oportunidad de empezar a cumplir la palabra contigo mismo.
Una oportunidad para forjar caracter.
Y no romperlo.
Nos leemos mañana, un abrazo.
Antes de acabar el email de hoy, ¿me harías un favor?
Así, de lunes.
Creo que los 1.500 lectores que cada día aparecéis por aquí sois la comunidad que más me entiende dentro de internet.
Por lo que… te pido esto.
¿Podrías ir 1 segundo a Youtube y dejar un like (no te suscribas si no quieres) a la tetulia que empecé con mi amigo Álex?
Nos ayudas una barbaridad y a ti te cuesta menos de lo que tardas en parpadear 6 veces.
Gracias, de corazón.
Darse cuenta de que te estás fallando y poner remedio me parece fundamental para avanzar en la vida! Bien dicho! te leo mañana