Todo lo que vas a leer forma parte de un experimento.
Tómatelo lo más serio que puedas pero recuerda que es solo un experimento.
Ayer recibí muchos mensajes.
¿Cómo superas el síndrome del impostor?
¿Qué debo hacer para sentir que lo que hago tiene sentido?
Hoy voy a tratar de enseñarte en directo cómo yo lo haría usando como ejemplo esta newsletter.
Para usar este método, debes tener alguien (comunidad, interesados, posibles clientes…) que pueda opinar con la objetividad necesaria.
Por eso los amigos o familia pueden no arrojar siempre unos buenos resultados.
Imagínate que yo me he levantado esta mañana y he pensado…
‘‘Me gustaría vivir de contar mis ideas al mundo pero creo que es una gilipollez como una casa.
¿Quién va a pagar por que le lleguen emails explicando ideas a su bandeja de entrada?’’
Tengo 2 opciones:
O me quedo paralizado y no hago nada, pudiendo arrepentirme en el futuro.
Pruebo a preguntar a la gente que me lee.
Un gran amigo (padrino de mi hija) siempre me dijo:
‘‘Al final no se liga no por preguntar’’.
Y tiene mucha razón.
Así que una buena forma de validar que lo que hagas gusta, tiene sentido y aporta valor real a las personas es preguntar.
Yo lo he usado en todos mis proyectos y siempre me ha funcionado.
Siempre, siempre, siempre, si has compartido valor desde el corazón, intentando ayudar de verdad tendrás a gente dispuesta a ser sincera.
Porque de eso se trata, de ser sinceros.
Recuerda, esto es un simple experimento, pero me gustaría que me respondas con sinceridad para mañana contar el resultado final (y explicarte qué haría yo entonces, una forma de actuar que me ha servido para hacer mucho mejor mi trabajo):
Si vendiese por ejemplo una suscripción de 3 meses de ideas, ¿te apuntarías?
A partir de aquí, recibirás decenas de respuestas como:
Depende del precio.
Apúntame esta.
Sí.
No.
Pero entre el mar de respuestas que probablamente recibas, 3 o 4 te darán una información tan valiosa que deberías pagarles tú a ellos.
Mañana te cuento el resultado de este experimento y esa forma para crear algo de un nivel tan superior que te quite el síndrome del impostor de un plumazo.
Si eres sincero hoy, me ayudas.
O te ayudas.
O nos ayudamos todos, que de eso se trata la vida.
Nos leemos mañana.
Hola!!! Te leo a diario porque tienes la habilidad de “despertar” algo. Ya la sola intención de ponerse a escribir lo que te pasa por la cabeza con la idea de aportar valor, ya me parece algo a destacar. Una idea puede quedarse ahí como algo “etéreo” o lo que buscamos todos… que ayude a pasar a la acción. Versión prueba, me uno!!! Y así me hago una idea de la capacidad de aportar valor. Un saludo!!!
Cuando se está seguro de un producto, y más si se trata de algo que uno mismo hace, yo no preguntaría, lo sacaría directamente y el que quiera que lo compre. Preguntar es una posibilidad válida, sin duda, pero desde mi punto de vista deja el campo abierto a opiniones de personas que, tal vez, nunca se plantearían hacer algo así por su cuenta y sus respuestas temerosas podrían contener dosis de miedo escénico contagioso. Sin embargo, arriesgarse aporta una dosis de placer emprendedor de difícil calificación.