Día 18 - Un nuevo comienzo
Ayer terminamos libro.
Hoy empezamos otro.
Y creo que he escogido uno lo suficientemente bueno para ambos.
Uno que nos trae ideas que han pasado el examen del tiempo.
El libro que me acompañará estas próximas mañanas es:
‘‘Cómo ser un estoico’’
Y ya sabes qué haré, traer las mejores ideas que encuentre siempre retocadas bajo mi opinión o experiencia.
La primera idea viene fuerte:
Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, fortaleza para cambiar lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia.
Yo ya con esto, me paso el día con un run-run en la cabeza…
Porque creo que esto es algo muy importante.
Las ideas, no.
Trabajar un 1, sí.
No soy una máquina metódica que puede dedicar cada día 3 horas a 6 ideas diferentes de temáticas distintas.
Conozco mi capacidad y conozco lo que me funciona.
Cada mañana meto 1 sola idea en mi cabeza que merezca ser interiorizada y me olvido del resto.
Y en cada acción del día en la que pueda aplicarla (si me acuerdo), la vuelvo a sacar a flote para que se quede grabada en mi mente.
Métodos simples para gente que vamos de culo en el día a día.
Ayer empecé un nuevo proyecto (sí, otro) de creación de contenido.
Una tertulia (o podcast) en directo con mi amigo Alex Delicado donde charlamos con alguien del sector inmobiliario.
Cada jueves a las 19h.
No puedo cambiar las visitas, la gente que nos vea… eso no depende de mi.
Lo que nos estamos centrando es en crear el mejor contenido posible.
Una charla de 1h entretenida donde no sea una entrevista como las que hacen en todos lados de 10 preguntas encorsetadas.
Una interacción con los suscriptores continua.
Y una disciplina en sacar recortes para publicarlos tanto como videos de 10 minutos, como shorts o reels.
Podemos cambiar la forma en la que trabajemos este proyecto, pero no podemos cambiar cuanta gente nos vea…
No depende de nosotros.
Lo mismo sucede con esta newsletter.
No puedo decidir cuantos me leeis.
Únicamente puedo sentarme aquí todos los días a las 06:45 como un reloj e intentar crear el mejor texto posible.
El resto ya, no depende de mi.
Uno nunca llega a entender la diferencia entre lo que puede y no puede cambiar (o por lo menos, a no calentarse la cabeza por ello).
Pero bueno, tenerlo presente siempre ayuda.
Nos leemos mañana, un abrazo.